Número Ocho
EDITORIAL
En segundo lugar, el domingo 18 se llevó a cabo
En tercer lugar, el día 20 de noviembre se publicó la convocatoria para nombrar al nuevo Consejero Presidente del IFE y a otros dos Consejeros. Para seguir este proceso es conveniente visitar la página de la Cámara de Diputados donde encontrarán más información http://www.camaradediputados.gob.mx/
A pesar de que vamos de reversa y con la memoria cada vez más vacía; el mismo 20 de noviembre una vez más, recordamos el inicio de la Revolución Mexicana en 1910 con la promulgación del Plan de San Luis que desconocía a Díaz como presidente y nombraba a Francisco I. Madero como presidente legítimo (cualquier parecido con la realidad, mera coincidencia). Precisamente para recordarla, esta semana se llevará a cabo el seminario: “97 Aniversario de la Revolución Mexicana". Precursores del pensamiento social en México, en el que participarán especialistas que no vemos en la Facultad a diario, en interés social, más información de esto.
Después de esta agenda informativa, un asunto final, la transformación de Fin de partida. Actualmente está en discusión la situación del boletín, pues debido a la demanda de mayor extensión para los artículos ha surgido la iniciativa de convertirlo a una publicación mensual. Esto permitiría que los participantes tengan mayor libertad de expansión y así Fin de partida tenga mayor extensión. Para dar a conocer la información semanal de lo que ocurre en la Facultad, hay posibilidades junto con RADIO POLACAS de que haya un programa de radio semanal. Además, el próximo año habrá más actividades organizadas de la mano de otros proyectos como Nuevas Ideas, VIRTUAL PRESS ROOM, LU¶TA y otras más. Debido a que esta publicación tiene como base la participación y la pluralidad, es importante que den su opinión al respecto, pues los cambios buscan beneficiar tanto a los que hacen, como a los que leen la publicación.
Por una cultura de la participación…
RIFADA SECCIÓN
¿Vagabundo? Sí
Vagabundo sin dejar huellas
Porque no vago en el mundo
Yo vago en las estrellas
¿Errante? Sí
Perdido en un sueño
Pues el espíritu indómito
Ha de vagar sin dueño
Vagabundo sin hogar
Porque el alma
No necesita un lugar
Para poder respirar
Vagabundo porque tengo
La imaginación para andar
Sin tener que caminar
D’KART
Para lograr un objetivo es necesario soñar ¡No pierdas tiempo, manda todo a la chingada y vete a dormir! ReCOPILADA POR Gabriel Francisco Gómez Caballero
Camino despacio por la circunferencia de tu ser, no me acerco demasiado pues el área puede ser absorbente. Sin embargo, poco a poco busco ser parte integral de tí, derivado de un placer exorbitante. Tengo una hipótesis que te relaciona con la sumatoria de mis deseos; la cual, por medio de la experimentación, me demostró que puede ser proporcional. Divago en el espacio y anhelo que mi teoría sea cierta. Tal vez podamos dar paso a la comprobación. Te aseguro que esto no será una ley universal, pues lo único constante, es el cambio.
Astrid López Méndez
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Una propuesta
En IMAGEN ES
Cultura y cultura política.
Una perspectiva propia
Las acepciones de la palabra cultura son muy variadas y es imposible que haya un consenso universal acerca del concepto. Hay algunas que hacen referencia al desarrollo de las facultades humanas en todas sus esferas; otras se refieren a “todo lo que hace el hombre”, haciendo énfasis en las costumbres y en la forma de vida cotidiana. Si hablamos de la cultura política desde el primer enfoque, los extremos posibles son: que no haya desarrollo de las facultades políticas del hombre o, en caso contrario, que éstas se encuentren desarrolladas, pero, siendo así ¿cuáles son las facultades políticas? Ésta explicación del concepto de cultura política es a todas luces insuficiente, o en todo caso difusa; sin embargo pasa lo mismo con la definición que ofrece el segundo enfoque, pues sería cultura política todo lo que el ser humano hace con ese respecto. No habría falta de cultura política -por ejemplo- , en todo caso se le llamaría “cultura política de no participación”. Estas entre otras razones son las que motivan que no suela hablarse de cultura política, sino sólo haciendo referencia a un sistema de gobierno o línea ideológica. Podemos oír en nuestro tiempo de la “cultura democrática”, los socialdemócratas hablan de la falta de “conciencia social” y en el contexto pro-comunista pudiera haberse hablado de la importancia de la “conciencia de clase”. Todos los anteriores son sin duda elementos de cultura política, o sujetos de su campo semántico, pero ninguno constituye la cultura política en sí mismo.
De la profundización en el conocimiento de las cosas que nuestras percepciones sensoriales registran, sin llegar a un conocimiento estrictamente científico, surge la cultura en general, que por desgracia suele ser una colección de elementos (superficiales por que no dan capacidad operativa) de conocimiento en que las ciencias sociales ocupan un lugar secundario. Las ciencias naturales tienen la cualidad de despertar más curiosidad al ciudadano común que las ciencias sociales, a causa de la inmediatez más evidente del objeto del conocimiento.
Es muy fácil –y parece darse automáticamente- que las personas se sustraigan del entorno social que les rodea más allá de su familia. La enajenación de nuestra mente nos permite que pasen inadvertidos ante nosotros los cambios políticos de cualquier índole; de la ley de medios, de la negociación de la reforma electoral o de la viabilidad de un sistema semi-parlamentario para México. De la profundización –a veces intencional- de ésta condición de ignorancia, deriva la “falta de cultura política” o de cultura democrática, de acuerdo a nuestro contexto. La falta de obviedad de la inmediatez de los cambios políticos, unida a la individualización paradójica de nuestro mundo globalizado es la causante de la falta de interés y siquiera curiosidad del conocimiento del área social.
Gibrán Ramírez Reyes
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